domingo, 12 de enero de 2025

no quiero que se me olvide o 
quiero acordarme en detalle de
el roce de la piel de tus muslos
en su arco interno
con las heridas de mis caderas
en ángulo indoloro
de su temperatura pudiera decir
nada nuevo probablemente
que desahogue poros, arrugas, estrías, pliegues
vidas en mi costado
por favor, presiona con las manos
mi piel
sostén esa sensación, desmayo,
alteraciones
ripios en un camino fantasma
desafortunada suerte como un secreto
acaso pudieras de verdad sujetar estas
piedritas sueltas
ve cómo se desmoronan
estudia su rastro
sendero de piedra que tú haces
volcánica
y cada grano, granito, graniza
cae lluvia fría
o
cae lluvia tropical, dime
¿ya casi empieza el verano?
¿vienes a pasar la corta noche aquí?
desvelada
mis restos al final de la taza de café
deslavado
traduce una molienda
las partículas que se reducen
hasta ser polvo
tierra
pero no puedo ser tierra,
                                        tú sabes
cómo me hago agua
cómo todo hace agua
flujo lacio
brisa floja
soñándose rocío
que lava en su humedad delicada
tus tobillos o tus piernas
espuma disipada
como brazo de mar

 pudiera

                  a.- tenerte
                  b.- no despertar

domingo, 26 de agosto de 2012

De la tierra germinó la letra



I. Tenemos tanta tierra

Para que su muerte
de canción se llene
canta la niña, canta
reza la madre, reza
pinta el regazo, pinta
llanto de toda la tierra.


II. La madre nació de la tierra

Entre el vientre y el pecho eres árbol.
Enraizada en aquel vientre
una huella desde el centro
define la copa en tu piel.

Modelada por el viento
y los mares y la piedra,
está la sombra perfecta
vacía que llevas dentro.

III. Rezo

Nos cubrimos la cabeza por el fruto de nuestra Madre.
Su canto del cielo
sana el ojo del hombre
alado y sanguíneo.

En un agua vital
su decir es flor que crece.
De la tierra germinó la letra,
canto blanco arropado en sus faldas.

Rogamos, Madre, te lloramos.
Sánanos, a nosotros hombres
vestida como vas de fuego.
Regálanos tu canto puro.
Destruye estas alas de sangre.
Flagélanos, Tierra, los ojos
para poder volver a ver.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Recuerdo cuando dijiste que me veía linda cuando lloraba. Lo hiciste casi cada vez que me viste llorar. La imagen se repite en mi cabeza: mis lágrimas cayendo, luego con un gesto tierno las limpiabas de mis mejillas, me abrazabas y me recordabas que me querías.
Que querías verme llorar.

lunes, 18 de octubre de 2010

Deja tu alma fuera, amor.
Sácate la ropa y
jadeando el amor, respira.
Escupe rojo, querida.
El día descompuesto en ti.





martes, 20 de julio de 2010

Ventana

Ayer viste una bandada de golondrinas. Las viste volar. Viste el cielo coloreando un dulce reflejo en la ventana. Viste árboles y casas pequeñas. Ayer viste el brillo frío del sol de invierno. Viste agua rozando el mar, deteniendo el tiempo. Viste partículas de aire saltando, siguiendo tu aliento. Paredes rayadas, letras y telas desteñidas, después el calor del vino. Viste ojos en el pasto y en la alfombra y en la cama. Con los ojos cerrados viste las fotos de antes. Los abriste y seguiste viendo.
En sueños la desvestiste con la mirada fija.
Viste el recorrido del viento a través de las cortinas. El polvo y la sucia soledad. Viste de nuevo las fotos, te viste al espejo más tarde. Viste tu rostro detenidamente, luego tus manos. Las líneas de su palma, las raíces propias en vida frente a ti.
Ayer viste flores de un jardín viejo. Viste pétalos agrietados como piel cansada del hombre.

Hoy viste a un hombre golpeando a otro hombre, hasta matarlo.

domingo, 27 de junio de 2010

Ninguno

Fuego en el umbral de la puerta
crece, consume
corroe tus ojos, los derrite.

Veo gotear tus pupilas.
El aceite que hierve
es llama insensible.

Caen tus labios,
estás de pie ante mí
y ni agua soy para detenerlo.

Carcome la valiosa llama.
Se nutre de polvo del combustible
de tu pecho.

Me alcanza tu mano
antes de caer ardiente.
Pero no la recibo.

Miro el fuego
que desliza por tu vientre mío
tan mío.

Tempestad ardiente
sigue, suda el elemento
en cada músculo de tu cuerpo.

Eres esa sustancia que cae
que te rompió, que quebraste, que desafié,
eres río a medio camino
entre mi compasión y tu desgarro,

eres dios incoloro en aquel umbral.
Pero ese umbral no existe
y dios, tampoco.